Hoy conocí a Dios, compró una motosierra en la ferretería donde trabajo. Después se subió a la camioneta y se fue.
Ahora que es de noche y no corren más los autos puedo escucharlo a lo lejos, tallándole un nuevo valle para regalarle a la luna a ver si la conquista.
Me quedo pensando y entretanto voy tallándote estos cosos a vos, para que vengas todas las noches.

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