Los asesinos

María le trae un café a Luis. Va a matarlo. Él lo nota, la mira a los ojos, le pide que le alcance la taza, la toma por sobre sus dedos, aprieta su mano y mirándola a los ojos le convida el café envenenado. Ella lo toma, mientras tanto con la otra mano le inyecta el veneno en el cuello.

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