Testamento

Con mis dientes, una escalera.
Con los dedos de mis pies, un puchero.
Mis ojos, dos pecesitos en un frasco de aceitunas.
Mi nariz, una canilla para el patio.
El resto se pondrá debajo de una alameda
que me brote y polinice la eternidad
así me hago flor y una abeja me lleva en su culito,
que se come un pájaro y de repente
soy toda la cadena alimenticia
y soy las aves migratorias
que ellas son el viento
que lleva el calor de las estaciones
a cuestas.

Y ahí es que tengo que inventar la manera de hacer de B, A
de paciente transformarme en agente
así yo,
en mi culito
cargo el polen universal que de vida a nuevos
dientes sonrientes
que ya tendrán tiempo
de planear con ser nuevas escaleras.

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