Los que vuelven gordos

¿Y si conecto
con el satélite universal
que me tira la posta de la vida,
entonces,
qué será de mi hermosa ignorancia,
de mi burguesa comodidad de entrecasa,
de mis sufrimientos con claras fronteras?

Habra que sacar la cabeza del agua
para ahora respirar
y volver a ser Walter
cantando al hombre hermoso que juega en las olas.
Y luego
meter la cabeza de nuevo
redondos de gordura
para no salir más.


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