Negrita, o La influencia del sueño y el Romanticismo inglés

Romance pecaminoso, oscuro, doloroso.
Llegó.

Se detuvo en la punta de mi nariz
y como Dalí no deje que se vaya.
Quedé mirándola hipnotizado
frotándose las manitas.

Mi negrita.
Mi negrita sucia.

Cerré la puerta y no dejé que se vaya en toda la tarde,
le preparé una merienda de mi merienda,
la dejé pararse en el filo
del labio
de mi taza.

Me dio asco
y la reventé de un revistazo.


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