Figuras de lenta evolución, animales oscuros,
lentos, se me revelan en sueños.
Orgulloso en vano me declaré hombre y hoy
reconozco no dejar de mirarme el ombligo.
En medio de un atardecer ventoso apareciste,
naciste junto a mi nuevo hogar. Ahora
crecí, pero ya es tarde. Perdí el tiempo alimentando amigos
imaginarios. Y sin embargo aun puedo
amar.
http://www.proyectoabecedario.blogspot.com/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un nombre, el mío. Y un miedo de dos.
ResponderEliminar